Debido a que el profesor Voerkel le transmitió buena parte de sus conocimiento teóricos, Wilfried Junge comenzó a componer a muy temprana edad y como su madre había estudiado canto en Europa, lógicamente su vocación y creación de música se volcó primordialmente al género de Lied. Posteriormente, Wilfried Junge ingresó a la Escuela de Técnicos Industriales, aunque nada tenían que ver esos estudios con la vocación musical del joven, sí influyeron en su formación integral, ya que el contacto con sus compañeros de estudios fue altamente enriquecedor. En 1950, Junge ingresó al entonces tan famoso Coro Polifónico de Concepción, donde luego el maestro Arturo Medina lo nombró su Director Ayudante.
Junge había aprendido del Maestro Arturo Medina, que con paciencia y tenacidad se podían conseguir de grupos aficionados, resultados óptimos, casi equivalentes a conjuntos profesionales. Así el conjunto de música de cámara se puso a trabajar seriamente y en 1952 ya daba sus primeros conciertos en el antiguo Teatro Concepción, ocasionando un considerable éxito en la crítica y el público en general. Se vislumbraba que este joven movimiento artístico podía desarrollarse positivamente y fue ahí que el joven músico (24 años de edad) pensó que el sano crecimiento de una vida musical artística podría ser involuntariamente frenado por la falta de conocimientos académicos sólidos del director. Ya que la Cátedra de dirección de Orquesta no existía en el país y en la ciudad prácticamente ni siquiera existía la profesión de músico. Fue así que Wilfried Junge aprovechó una gira a Alemania del Coro "Singkreiss".
En aquella época Wilfried Junge se encontraba en la encrucijada de, o aceptar algún ofrecimiento de trabajo en Europa (dos de las cuales eran bastante tentadores), o se volvía a Concepción para intentar de generar allí un sólido movimiento musical prácticamente de la nada, optó por lo segundo. Las ideas eran claras y el modo en que había que proceder también. Base o núcleo central de un moviendo musical de una ciudad lo constituye una Orquesta Sinfónica profesional, crearla fue el primer objetivo. Sólo los que estuvieron muy cerca del joven músico y algunas autoridades universitarias pueden saber que el camino por conseguir este objetivo fue inmensamente largo y tortuoso con innumerables escollos que hubo que sortear. En 1958 la Orquesta, ya más numerosa, pasó por fin bajo el alero de la Universidad de Concepción. Fue en la era del rectorado de don David Stitchkin B. De Ahí en adelante la Orquesta consiguió su status de profesional y lentamente pero a paso seguro fue creciendo paulatinamente. Paralelamente se abrió el camino para integrar a los diversos coros de la zona (e incluso más allá de ella) haciéndolos participar en obras Sinfónico - Corales.
La Orquesta Sinfónica además se dedicó con ahínco a la realización de conciertos-charlas, en los establecimientos educacionales de la región, tanto a nivel básico (7° y 8° años) como media. Esta medida obtuvo el resultado deseado, el cual era el de atraer gente joven a la música docta y que en parte, se integró al publico ya existente a los conciertos de las temporadas oficiales de la Orquesta. Cabe señalar que casi sin excepción, los directores y solistas invitados a las temporadas, expresan su asombro por el término medio de edad tan bajo del público asistente a los conciertos. Había otras dos metas. El primero, logra la formación de cuartetos y de otras agrupaciones de cámara por parte de los mismos miembros de la orquesta, lo que se consiguió fomentando esa actividad y dándole facilidades a los distintos grupos ya formados. El otro objetivo que se consiguió fue que aquellos miembros de la orquesta que tuvieran real vocación por la enseñanza formaron sus propias academias dedicadas a la formación de músicos que fueron aptos para integrar una orquesta profesional. Si entre los estudiantes hubiera quienes por su talento y su dedicación sobresalieran y se vislumbraran como posibles interpretes solistas, más práctico era becarlos y enviarlos a estudiar al extranjero. Así se dio que el plan trazado se fue cumpliendo y en la actualidad podemos decir con propiedad que en Concepción existe una sana y bien estructurada vida musical, cuya influencia se va ramificando mucho más allá de la ciudad misma e incluso de la zona.
Wilfried Junge ha recibido honrosas distinciones, galvanos, medallas, pergaminos, objetos de arte, etc. Basta con mencionar el Premio Municipal de Arte 1959 y la reciente designación de "Miembro honorario de la Corporación Universidad de Concepción" 1996, sin menospreciar, de manera alguna, las demás distinciones recibidas. [+] Ver críticas a su obra Debido a una enfermedad terminal Wilfried Junge se tuvo que alejar de la dirección Orquestal y otras actividades, sin embargo, esto no le impide seguir componiendo. Prueba de ello es, por ejemplo, el valioso aporte que significó para la vida musical Chilena la composición de su impactante ópera "El Ahijado de la Muerte", que fue estrenada en Concepción en octubre de 1997, constituyendo un extraordinario éxito de público y crítica. Fallece el 19 de Junio del 2001 en Concepción |